VITRINA MEDICA CON…
Dr. Heber Darío Villalobos Díaz
Médico Cirujano Especialista en Cirugía General.
Jefe IV. Jefe del Servicio de Cirugía General Nº2 del Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo, estado Zulia, Venezuela
Los principios éticos, deontológicos y filosóficos que han sido soporte y fundamento en la formación y desempeño de los profesionales de la medicina desde el principio de los tiempos, no han cambiado. Y en este contexto, el ejercicio profesional siempre está signado por la máxima como “PRIMUM NON NOCERE” (Lo primero es no hacer daño), que es la piedra angular del ejercicio de la medicina y que data probablemente de los tiempos de Hipócrates.
Los avances de la medicina, como en las otras ciencias, ha conllevado a modificar de forma, pero no de fondo algunos aspectos del ejercicio médico. Citando un ejemplo, en el juramento hipocrático original se menciona: “no practicaré la operación de la piedra” que hace referencia a la extracción a través de una incisión en la parte baja del abdomen de los cálculos de la vejiga urinaria (cistolitolapaxia).
Obligaba a la exclusión de los procedimientos quirúrgicos de la práctica médica por indignos y lesivos: eran muy dolorosos, producían infecciones casi siempre mortales y, en el mejor de los casos, el paciente quedaba con una fístula urinosa y terminaba sus días orinando por la herida abdominal. Las intervenciones quirúrgicas se limitaban al drenaje de abscesos y pústulas, amputaciones y tratamiento de heridas de guerra, y eran practicadas por carniceros y barberos. Posterior a los principios de Bacteriología de Louis Pasteur (1822/1895), los principios de asepsia y antisepsia de Joseph Lister (1827/1912) y el descubrimiento de la anestesia en 1849, comenzaron a permitirse dentro de la práctica médica la realización de intervenciones quirúrgicas. Y así como este ejemplo, la historia de la medicina está plagada de eventos que han redireccionado algunos conceptos del ejercicio profesional, pero sin modificar en lo más mínimo sus fundamentos.
En la actualidad, el médico se define como aquel profesional con formación académica, ética y científica del más alto nivel y con una clara disciplina de actualización continua, que desarrolle competencias suficientes para brindar a la sociedad como un todo y al paciente como individuo, las herramientas necesarias para prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades y de esta manera conseguir y mantener el “estado de completo bienestar bio-sico social y no solamente la ausencia de enfermedad” como define la OMS al estado ideal de SALUD.
¿Considera usted que la dinámica de atención a los pacientes, en el área de la medicina general, ha variado y reorientado hacia otras perspectivas?
Por supuesto, sin remontarnos muy lejos en la historia y poniendo de ejemplo a nuestro país, a principios del siglo XX la práctica médica se ejercía en su mayoría en la modalidad de visitas domiciliarias ejecutadas por el ya casi extinto “médico de cabecera” o “ médico de la familia”, una combinación de Médico General, consejero matrimonial, mediador, confesor y padrino quién no solamente era consultado por dolencias físicas de los miembros del clan, sino también sobre muchos otros aspectos de la vida familiar. La mayoría de los problemas de salud se resolvían de manera ambulatoria. Aquellos casos crónicos o de mayor complejidad eran remitidos a los antiguos “nosocomios”, una suerte de hospitales atendidos en su mayoría por damas de congregaciones religiosas quienes dispensaban los cuidados básicos a los enfermos y eran atendidos por el propio médico remitente o por un muy escaso personal médico de la institución. Posteriormente, con los avances del conocimiento médico, modernización de los tiempos y la aparición de las diferentes especialidades y sub especialidades médicas, surgieron los puestos de socorro que derivaron luego en Salas de Emergencia; consultas de triaje donde el paciente acude a consulta de medicina general para ser derivados a las diferentes especialidades.
Más recientemente con la masificación de las redes sociales y reforzado con la pandemia de COVID-19 en el año 2020 surge un nuevo enfoque en la atención médica primaria y especializada: las consultas virtuales o consultas “on line”. Sin ser, por mucho, un método adecuado para evaluar integralmente a un paciente ya que obvia gran parte del examen físico que junto a la anamnesis o interrogatorio constituyen el binomio clásico para la estrategia diagnóstica, viene a paliar la necesidad de asistencia médica a la mayor parte de la población que, de la noche a la mañana, por motivo de la cuarentena, quedó sin asistencia médica.
Ya desde hace varios años está en uso en un gran número de centros de salud la Medicina Robótica. Con la introducción del Robot “Da Vinci” (en honor al genio Florentino Leonardo Da Vinci), el equipo quirúrgico más avanzado que existe en la actualidad, permite realizar procedimientos quirúrgicos con altísima precisión y ha dado inicio a la tele-cirugía o cirugía a distancia…. ¡Y siguen los avances!!
¿A su juicio la incidencia de la pandemia repercute en la normalidad que debe prevalecer en el desempeño de los profesionales de esta especialidad?
Por supuesto, la cuarentena decretada como consecuencia de la pandemia del COVID-19 dio un giro de 180º al quehacer diario de la actividad del hombre moderno y, por supuesto, la actividad médica no fue la excepción. Y me atrevo a asegurar de que fue, con creces, una de las más afectadas por varias razones. Entre ellas:
- El ejercicio médico conlleva el contacto directo con el enfermo y por lo tanto, la interacción física con un gran número de pacientes en el día a día, multiplica el riesgo de contraer y contagiar a un mayor número de personas.
- la cuarentena incluyó la suspensión inmediata de la actividad médica no urgente y condicionó la metodología para atender a las emergencias médicas.
- desde el punto de vista de la atención al paciente quirúrgico, que en la mayoría de los casos amerita la instrumentación de la vía aérea, diezmó la actividad quirúrgica a niveles nunca antes visto; sobre todo al principio cuando se desconocían muchos de los aspectos epidemiológicos del SARS-COV-2 y no habían sintetizado las diferentes vacunas que existen hoy en día.
- Es por todos conocidos la pérdida de un número importante de trabajadores sanitarios, entre ellos, médicos, que trajo como consecuencia el cierre de muchos servicios de salud para minimizar estas cifras.
¿Por último, que recomendación daría a nuestros lectores sobre qué hacer cuando perciben síntomas variados en su salud? ¿Es válida la automedicación?
Ante la presencia de síntomas de cualquier enfermedad, lo ideal es asistir a la consulta médica para ser evaluado.
Si los síntomas son menores o poco discapacitantes, en personas habitualmente sanas, que se ven con frecuencia en enfermedades corrientes como el resfriado común o gripe, pueden iniciar tratamiento sintomático y asistir a consulta de triaje por medicina general ese mismo día o a primera hora del siguiente día. Nunca utilizar los servicios de emergencia por que se congestionan y muchas veces retardan la atención de las verdaderas emergencias. A muchos médicos de guardia los han ocupado en horas de la madrugada para atender un dolor de oídos de 3 días de evolución o una erupción en piel que tiene 3 semanas. Usen los servicios de consulta y triaje: son más económicos y son atendidos con mayor dedicación y dejan los Servicios de Emergencia para las verdaderas Urgencias.
Si los síntomas son más severos o discapacitantes, o no mejoran con el tratamiento sintomático recomendado en el párrafo anterior deben acudir a la mayor brevedad posible al servicio de emergencia más cercano a su domicilio.
La automedicación es válida solo para tratamiento inicial sintomático y nunca específico ante la aparición de los primeros síntomas leves y no discapacitantes de alguna enfermedad frecuente y común: gripe o resfriado común, diarrea aguda simple, jaqueca, náuseas, dolor de oídos. Tras el control de los primeros síntomas, si reaparecen o persisten, consulte al médico.
Y cuando hablo de tratamiento específico quiero destacar, entre ellos, el uso indiscriminado de Antibióticos. Esta práctica errática ha conllevado, entre otras cosas, a la aparición de cepas de microorganismos multiresistentes a ellos.
Los auxiliares de farmacia, los Doctores en Farmacia conocen de medicamentos, pero no están facultados para diagnosticar y mucho menos tratar enfermedades. Lo mismo es válido para Bioanalistas, personal de enfermería, nutricionistas, técnicos radiólogos y demás personal sanitario. Solo los médicos estamos preparados y facultados para diagnosticar y prescribir medicamentos a los enfermos.
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