FORTALEZAS DE UN ORADOR ELOCUENTE
En atención a los variados comentarios recibidos en nuestro blog, en esencia direccionados a conocer sobre el arte de hablar en público, destrezas y fortalezas que se requieren para ser un gran orador, presentamos un material referencial donde se amplia en torno a las inquietudes plasmadas por muchos de nuestros lectores.
Definición Clásica de Orador
Un orador es aquella persona que habla ante un público, y para ello, se sirve del recurso de la oratoria, la cual es definida como el arte de hablar con elocuencia, entiéndase, la capacidad de estimular y persuadir a cualquier tipo d audiencias. Si bien el orador puede tener otros objetivos (por ejemplo, contar una historia), siempre quiere provocar algún tipo de efecto en su audiencia (convencerlos de su postura, motivarlos, informar un descubrimiento, alertarlos, plantear un problema, interesarlos en una historia, etc.).
En última instancia, la persuasión del orador apunta a provocar el interés de su público, para poder transmitir eficazmente su mensaje. La oratoria puede ser individual (una sola persona se dirige a un grupo) o grupal (dos o más personas alternan su participación en el discurso, dirigido a un grupo).
Características de un buen orador
1. Presencia
Un orador debe vestirse adecuadamente, pero
siempre teniendo en cuenta el público ante el cual se presenta. Su postura debe
ser erguida (con los hombros ligeramente hacia atrás), mostrando decisión y
seguridad. Su presencia no debe ser estática, sino que debe moverse para
dirigirse a distintos sectores del público y para mostrar su entusiasmo y
transmitirlo a la audiencia.
2. Preparación
Debe dominar el tema, los argumentos que desarrollará,
pero también anticipar las preguntas que pueden dirigirle. Su conocimiento
sobre el tema que desarrollará le permite mantener un discurso fluido, sin
titubeos que pueden provocar la desconfianza o disminuir el interés del
público. Por otro lado, la preparación también incluye la puntualidad, conocer
el recinto donde se realizará la presentación y saber con qué elementos
tecnológicos contará (micrófono, proyector, etc.)
3. Práctica
Conocer el tema no es suficiente para poder
expresarlo con efectividad. Un orador practicará en privado la mejor forma de
exponer sus argumentos, combinando contenidos, tono de voz, gestualidad, ritmo
y cualquier otro elemento que incluya en su disertación.
4. Credibilidad
Si bien en su preparación deben anticiparse
posibles preguntas, si no puede responder a alguna, es preferible que admita
sus limitaciones que intentar engañar a la audiencia con falsas respuestas.
5. Dicción
Las palabras deben ser pronunciadas de forma
correcta pero también clara, con una modulación distintiva de cada consonante y
vocal.
6. Vocabulario
De la misma forma que la vestimenta, el
vocabulario siempre debe adaptarse tanto a la temática tratada como al público.
Si es necesario utilizar una palabra específica para designar un concepto de
alguna disciplina (biología, filosofía, medicina, etc.) que el público
probablemente no conozca, el término se utilizará sólo luego de haber sido
explicado de forma amena, clara y concisa.
7. Ritmo
7. Ritmo
La exposición de un buen orador debe ser
dinámica, utilizando diversas técnicas digitales o visuales que ayuden a
mantener la atención del público. Parte de ese dinamismo implica también hacer
las pausas necesarias al hablar, para señalar etapas en el discurso, crear
expectativa o facilitar la comprensión del mensaje.
8. Argumentación
El orador debe ser consciente de los fragmentos
de su exposición que son más propensos al debate. Por eso su preparación debe
incluir argumentos para defenderse ante las críticas esperables. Si bien el
orador debe mostrarse convencido y firme en su posición, también debe escuchar
las opiniones de la audiencia y respetar a aquellos que disientan con sus
opiniones.
9. Gestualidad
La gestualidad tanto del rostro como del cuerpo
debe ser utilizada para enfatizar los mensajes verbales, para favorecer la
empatía del público o para mantener el dinamismo de la exposición. Sin embargo,
debe utilizarse de manera consciente como un medio de comunicación no verbal, y
nunca abandonarlo al azar, ya que si no es utilizado de forma adecuada puede
convertirse en un distractor o incluso contradecir el mensaje que quiere
transmitirse.
10. Contacto visual y verbal
Al establecer contacto visual con diferentes
miembros del auditorio se promueve la atención e integración hacia el tema que
se está exponiendo. Además, debe apelarse a la audiencia utilizando con
frecuencia en su discurso la segunda persona del singular.
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