EL TRADING DE CFD
Referencia
documentada en
https://www.ig.com/es/trading-de-cfd/que-es-el-trading-de-cfd-y-como-funciona#information-banner-dismiss
El trading de CFD se define como "la compra y la venta de CFD". Los CFD son un producto derivado porque te permiten invertir en mercados como acciones, divisas, índices y materias primas sin tener que adquirir los activos subyacentes.
En su lugar, cuando operas con un CFD, acuerdas negociar sobre la diferencia en el valor de un activo entre el nivel en el que el contrato se abre y el nivel en el que se cierra. Uno de los mayores beneficios del trading de CFD es que puedes invertir en el movimiento de precios en ambos sentidos, y el beneficio o la pérdida dependen del grado de exactitud de tu previsión.
Las siguientes secciones explican algunas de
los principales usos y características de los contratos por diferencia:
Trading en largo y en corto con CFD
El trading de CFD te permite invertir en los
movimientos de los precios en ambas direcciones. Puedes operar de forma
estándar, generando un beneficio cuando los precios de un mercado suben, y
también puedes abrir una posición corta con CFD, que generará un beneficio
cuando el precio del mercado subyacente descienda. Esto se denomina vender o ir
corto, en oposición a comprar o ir largo.
Si crees que el precio de las
acciones de Apple va a caer, por ejemplo, podrías vender un CFD sobre acciones
de la compañía. Seguirás negociando sobre la diferencia de precio entre el
nivel de apertura y de cierre, pero obtendrás un beneficio si el precio de las
acciones baja y una pérdida si el precio aumenta.
Apalancamiento de CFD
El trading de CFD es apalancado, lo
que significa que puedes obtener una exposición mayor sin tener que abonar el
coste total de la posición desde el principio. Pongamos que quieres abrir una
posición equivalente a 500 acciones de Apple. Con una operación estándar,
tendrías que pagar el coste total de las acciones. Sin embargo, con un CFD
podrías operar depositando un 20% del coste total.
El apalancamiento en los CFD te
permite aumentar tu capital, pero es importante tener en cuenta que el
beneficio o la pérdida seguirán siendo calculados en función del tamaño
completo de tu posición. En el ejemplo anterior, sería la diferencia en el
precio de 500 acciones de Apple desde el momento en el que abriste tu posición
hasta el momento en el que la cerraste. Esto quiere decir que los beneficios
pueden verse multiplicados, pero también tus pérdidas, que podrían llegar a
superar tu depósito inicial. Por este motivo, es importante prestar atención a
la ratio de apalancamiento y asegurarte de que estás operando dentro de tus
posibilidades.
Margen de CFD
El trading con apalancamiento se
denomina en ocasiones "trading con margen", ya que los fondos
requeridos para abrir y mantener una posición (es decir, el margen) son solo
una parte de su tamaño total.
En el trading de CFD existen dos
tipos de márgenes. Es necesario un margen como depósito para abrir una
posición, mientras que un margen de mantenimiento puede serte requerido si tu
operación se acerca a pérdidas que no pueden ser cubiertas por tu depósito
inicial y los fondos adicionales que puedas tener en tu cuenta de CFD. Si esto
ocurriera, podrías recibir una llamada de margen de tu proveedor para
solicitarte el ingreso de más fondos en tu cuenta. Si no aportas los fondos
suficientes, tu posición puede ser cerrada y las pérdidas sufridas se harán
efectivas.
¿Cómo funcionan los CFD?
Ahora que ya entiendes qué son los
contratos por diferencia, es el momento de echar un vistazo a cómo funcionan
los CFD. En esta sección vamos a explicar cuatro de los conceptos fundamentales
en el trading de CFD: spreads, tamaño de la operación, duración y
beneficios/pérdidas.
En la mayoría de los casos, el coste
para abrir una posición de CFD está cubierto por el spread, lo que quiere decir
que los precios de compra y de venta se ajustarán para reflejar el coste de la
operación.
La excepción a esto son los CFD
sobre acciones, que no llevan un spread asociado como coste. En su lugar,
nuestros precios de compra y de venta son iguales que los precios del mercado
subyacente y el coste de abrir una posición en este producto se basa en una
comisión. Al utilizar una comisión, el acto de invertir en el precio de una
acción a través de un CFD resulta similar a la compraventa tradicional de
acciones.
Tamaño de la operación
Los CFD se operan en contratos
normalizados (lotes). El tamaño de un solo contrato varía según el activo
subyacente sobre el que se invierte, a menudo replicando la forma en que ese activo
se comporta en el mercado.
La plata, por ejemplo, se opera en
las bolsas de productos básicos en lotes de 5.000 onzas troy, por lo que el
contrato de CFD equivalente también tiene un valor de 5.000 onzas troy. En los
CFD sobre acciones, el tamaño del contrato equivale normalmente a una acción de
la compañía sobre la que inviertes. Para abrir una posición que replique la
compra de 500 acciones de BBVA, tendrías que comprar 500 CFD sobre BBVA. Este
es otro motivo por el que el trading de CFD está más cerca del trading
tradicional que otros productos derivados.
Duración
La mayoría de las operaciones con
CFD no tienen fecha de vencimiento fija, sino que se cierran al realizar otra
operación en la dirección contraria a la de apertura. Una posición de compra
sobre 500 contratos de oro, por ejemplo, se cerrará vendiendo 500 contratos de
oro.
Si mantienes una posición de CFD
abierta al final de la jornada, se te aplicará un coste por financiación
nocturna (23:00 CET, aunque puede variar en otros mercados internacionales).
Este importe refleja el coste del capital que te hemos prestado para permitirte
abrir una operación apalancada.
Sin embargo, existe una excepción:
los contratos forward (futuros). Un contrato forward (futuros) tiene una fecha
de vencimiento en algún momento posterior e incluye en el spread todos los
costes de financiación durante la noche.
Beneficio y pérdida
Para calcular el beneficio y la
pérdida obtenidos en una operación de CFD, debes multiplicar el tamaño de la
posición (número de contratos) por el valor de cada contrato (en puntos de
movimiento). A continuación, multiplica esa cifra por la diferencia en puntos
entre el precio de apertura y el precio de cierre de tu contrato.
Para calcular el beneficio o pérdida
total de una operación, también debes restar los costes o tarifas aplicadas,
como pueden ser los costes de financiación nocturna, comisiones o primas de
stop garantizado.
Pongamos, por ejemplo, que compras
50 contratos sobre un índice cuando el precio de compra es de 7500. Un contrato
equivale a 10€ por punto, por lo que en cada movimiento alcista de 1 punto
obtendrás un beneficio de 500€ y, cada vez que el precio baje 1 punto, perderás
500€ (50 contratos x 10€).
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