LA REALIDAD DE SER UN PENSIONADO EN VENEZUELA
Muchas veces los pensionados son percibidos como protagonistas de un sector en nuestra sociedad que resulta incómodo al punto de ser catalogados, injustamente, como una carga para muchos en el seno familiar y para el Estado. Sí, me refiero a los miles y miles de pensionados que, en su mayoría, se han convertido en un auténtico sector vulnerable de la sociedad venezolana.
Es muy lamentable reconocer que la ingratitud y la indiferencia colectiva son algunos de los antivalores que se han cimentado en un país, ya de por sí, signado por injusticias y errores históricos asociados al pensionado por cuanto es común que mucha gente repulse y desestime el formidable arrojo que incontables personas efectuaron durante muchos años en el sector productivo nacional, así como en variadas instituciones que prestan servicios vitales a la colectividad como son la educación, la salud, la seguridad, la cultura, etcétera. Por tanto es vergonzoso el hecho palpable que la inmensa mayoría de pensionados tienen pensiones que no alcanzan más que para sobrevivir en condiciones de franca precariedad económica y social. Lamentable…
A decir verdad, es
muy triste e indignante a la vez, lo que sienten día tras día numerosos
pensionados en toda Venezuela como consecuencia de la indiferencia y el
abandono social al cual están sometidos, ya que además de los anquilosados
ingresos que obtienen también son víctimas de numerosos contextos que han hecho
de su vida un auténtico calvario lo que aunado al deterioro de sus condiciones
físicas y emocionales, derivado del peso de la edad y de las enfermedades
crónicas adquiridas por el paso del tiempo, los pensionados deben imprescindiblemente hacer
gestiones complejas que demandan un esfuerzo físico abrumador y otras
diligencias propias de la burocracia gobernante; tramites que les genera
múltiples angustias, incomodidades y gastos de transporte que laceran aún más
su endeble economía, más aun en un país donde ha desparecido el efectivo por
completo y la pensión oscila por el orden de los 4.5 dólares.
Pero también
prevalecen otras circunstancias indignantes las cuales tienen que ver con la
atención médica direccionada hacia es sector en retiro tal como lo sentencio un
pensionado que no quiso identificarse por temor a represalias gubernamentales: “…
Nosotros sufrimos de desatención y malos tratos por parte de representantes de las
instituciones correspondientes, amén de tener que esperar mucho tiempo para
lograr las citas de especialidad y de padecer el surtido insuficiente de los
medicamentos que necesitamos con apremio… esto es injusto desde todo punto de
vista”… “Y por si esto fuera poco… -advirtió- … “somos víctimas de los políticos sin
escrúpulos que en tiempos electorales se nos acercan demagógicamente para pedirnos
el voto, prometiendo villas y castillos para cuando lleguen al poder, pero que
después se olvidan olímpicamente de lo que cacarearon.”.
Ante la injusta situación
que padecen estos venezolanos, es deseable y de alto contenido humano que la
sociedad en general tome conciencia crítica sobre lo que padecen los
pensionados cuando van en procura de su pírrica pensión y exigir a quienes
están al frente de las instituciones gubernamentales responsables de garantizar
este beneficio social a que atiendan sus
legítimas demandas y solicitudes.
Lo fundamental es que
se mejore la situación económica, social y cultural de quienes dejaron lo mejor
de su existencia para el desarrollo integral de la sociedad venezolana, razón
por la cual sería absolutamente justo que todos los pensionados puedan
disfrutar de una vida digna y decorosa durante los últimos años de su vida.
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