CREANDO HÁBITOS ALIMENTICIOS: NUTRICIÓN EN LA RECUPERACIÓN DE ADICCIÓN ALCOHOLISMO

 CREANDO HÁBITOS ALIMENTICIOS: NUTRICIÓN EN LA RECUPERACIÓN DE ADICCIÓN ALCOHOLISMO

(Especial) Por Jaimina De Montserrat Alatorre / Michoacán - México

La recuperación de adicciones es un proceso complejo que implica varios aspectos físicos, psicológicos, sociales y emocionales, la nutrición tiene un papel importante en este proceso, ofreciendo a los pacientes en recuperación su fuerza física y mental, necesaria para enfrentar los desafíos del día a día. Estudios recientes subrayan la importancia de una dieta balanceada en el tratamiento de las adicciones, demostrando cómo la correcta alimentación puede ser una herramienta poderosa en la lucha contra la dependencia.



Una adicción se define como una dependencia física o psicológica a una sustancia o comportamiento que tiene efectos negativos en la vida de la persona.

La recuperación de adicciones es el proceso de superar esta dependencia y restaurar el bienestar físico, mental y emocional.

Fases de la recuperación:

  • Desintoxicación: Primera fase donde el cuerpo se libera de la sustancia adictiva. Puede acompañarse de síntomas de abstinencia física como náuseas, sudoración, diarrea, dolor de cabeza, insomnio, temblores, etc.
  • Rehabilitación: Proceso de tratamiento que puede incluir terapia individual y grupal, apoyo médico y psicológico, y educación sobre la adicción.
  • Mantenimiento de la recuperación: Etapa continua donde la persona aprende a vivir sin la sustancia adictiva, desarrollando habilidades para manejar desencadenantes y evitar recaídas.

Las adicciones pueden afectar negativamente la alimentación y la nutrición de diversas formas, como pérdida de apetito, deshidratación, malnutrición, deficiencias vitamínicas  ya sea porque reducen la ingestión habitual de nutrientes o porque el alcohol impide la adecuada digestión y absorción  de vitaminas, minerales como las vitaminas B, vitamina A y el daño hepático que puede alterar el metabolismo de los nutrientes, alta concentración de radicales libres, por lo tanto inflamación, estrés oxidativo, aumento de citoquina proinflamatorias, disminución de la masa muscular, sedentarismo, obesidad, DM, HTA, cirrosis hepática etc.

El valor nutricional de las bebidas alcohólicas es nulo, principalmente aporta azúcares y alcohol, y si aparte es una persona sedentaria con una alimentación rica en grasas y alcohol, se van sumando factores que condicionan a la persona a presentar toda una serie de problemas.

Una alimentación adecuada es fundamental para restablecer el equilibrio químico del cuerpo, el cual puede haber sido alterado significativamente por el consumo prolongado de sustancias. Es importante que a estos pacientes se les administre una dieta equilibrada con un elevado aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes:

Pescado azul, nueces, semillas de linaza, frutos rojos, aceite de oliva, frutas, verduras, legumbres, alimentos ricos en triptófano que estos son precursores de serotonina (hormona de la felicidad) como cacao, nueces, semillas de calabaza, plátano, aguacate, apio, verduras de hoja verde. Pueden tener efectos positivos en el estado de ánimo y estabilidad emocional, así mismo la reducción de azúcares refinados y alimentos procesados también puede ser útil debido a su impacto en la estabilidad energética y emocional.

Se añadan suplementos dietéticos; por ejemplo, vitamina B1 o tiamina así como vitamina B2(riboflabina) y B6 (piridoxina) son importantes para la función cerebral y el metabolismo energético, la suplementación con complejo B puede apoyar la salud del sistema nervioso y ayudar en la recuperación. Vitamina C, es un antioxidante que puede ayudar a contrarrestar el estrés oxidativo, importante para el sistema inmune y reparación de tejidos dañados.

El omega 3 y vitamina e tiene propiedades antiinflamatorias, importantes para la salud cerebral, estudios demuestran que el consumo de omega 3 puede ayudar al manejo de la depresión, ayudar a mejorar el ánimo y función cognitiva, lo cual es beneficioso durante la recuperación de adicciones. El ácido fólico como la vitamina A deben suplementarse en el caso de que se demuestren deficiencias.

Magnesio, es crucial para la función neuromuscular y cardiovascular puede estar agotado en personas con adicciones debido a la mala alimentación o la excreción aumentada de minerales. La suplementación con magnesio puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño, aspectos importantes durante la recuperación.

Probióticos. Los probióticos pueden ser beneficiosos para la salud intestinal y el bienestar general. Hay evidencia emergente que sugiere que el equilibrio del microbiota intestinal puede influir en el estado de ánimo y el comportamiento.

Una dieta balanceada y personalizada no solo mejora la salud física, sino que también fortalece la resiliencia mental frente a las adicciones. Al integrar estrategias nutricionales efectivas en los programas de recuperación, estamos abriendo puertas a una curación más integral y sostenible, así como también el promover la actividad física en estos pacientes. La alimentación consciente y saludable es un aliado vital en el camino hacia la sobriedad y mejorar la calidad de vida.

Gracias por leerme.

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