CREANDO HÁBITOS NUTRICIONALES: RESISTENCIA A LA INSULINA

 CREANDO HÁBITOS NUTRICIONALES: RESISTENCIA A LA INSULINA
(Especial) Por Jaimina De Montserrat Alatorre / Michoacán - México

La resistencia a la insulina es caracterizada cuando las células del cuerpo no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente. La insulina tiene la función de permitir que la glucosa (azúcar) ingrese a las células para que pueda ser utilizada como energía; También tienen un papel importante en el metabolismo de las grasas y proteínas.



Cuando el cuerpo no responde de manera efectiva a la insulina, el páncreas produce más insulina en un intento de compensar esta deficiencia; Con el paso del tiempo esto puede llevar a niveles elevados de glucosa y provocar diabetes mellitus tipo 2.

 Regularmente va acompañado de obesidad, dislipidemia, hiperglicemia, hipertensión arterial, inflamación crónica y mayor propensión a la enfermedad trombótica; Tradicionalmente se ha estudiado la resistencia a la insulina en la edad adulta, pero actualmente se ha vuelto cada vez más común encontrarla en las primeras etapas de la vida.

Causas:

Genética: Es una de las principales causas que algún familiar directo haya presentado resistencia o diabetes mellitus.

Obesidad: La acumulación de grasa abdominal, sobre todo la grasa visceral esta directamente asociada a resistencia a la insulina.

Inactividad física: La falta de ejercicio constante contribuye al deterioro en la capacidad de las células para responder a la insulina.

Dieta alta en azúcares y grasas: El consumo excesivo de este tipo de alimentos puede contribuir a presentar DM.

Inflamación crónica: Se ha identificado que la inflamación crónica de bajo grado puede jugar un papel importante en esta condición.


FACTORES DE RIESGO

Edad: La resistencia a la insulina puede desarrollarse a cualquier edad, el riesgo aumenta con la edad, especialmente a partir de los 40 años.

Síndrome metabólico: Un conjunto de condiciones que incluyen hipertensión, niveles altos de glucosa en sangre, colesterol elevado y exceso de grasa abdominal, lo que aumenta el riesgo de resistencia a la insulina.

Síndrome de ovario poliquístico (SOP): Las mujeres con SOP tienen un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.

Síntomas y como identificar si esta presentada resistencia a la insulina:

En las etapas tempranas, la resistencia a la insulina puede no presentar síntomas evidentes. Sin embargo, con el tiempo, los niveles elevados de glucosa en sangre pueden llevar a síntomas como:

Fatiga

Aumento de peso, especialmente en la zona abdominal

Aumento del hambre, especialmente después de comer

Dificultad para perder peso

Hipertensión arterial

Manchas oscuras en la piel (acantosis nigricans), comúnmente en el cuello, axilas o codos

El diagnóstico de la resistencia a la insulina se realiza a través de análisis de sangre que miden los niveles de glucosa, insulina y la relación entre ambos. También se puede usar el índice de masa corporal (IMC) y otros exámenes para evaluar la salud metabólica.

Consecuencias de la Resistencia a la Insulina. Si no se controla, la resistencia a la insulina puede llevar a condiciones graves, tales como:

Diabetes tipo 2: La resistencia a la insulina es uno de los principales factores que conducen a la diabetes tipo 2.

Enfermedades cardiovasculares: La resistencia a la insulina se asocia con un mayor riesgo de hipertensión, colesterol alto y enfermedades del corazón.

Síndrome metabólico: A menudo coexiste con otros factores de riesgo como la obesidad, hipertensión y dislipidemia.

Hígado graso no alcohólico: Se puede desarrollar debido a la acumulación de grasa en el hígado.

Tratamiento. Cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos. Las estrategias incluyen:

Mejorar la alimentación: Reducir la ingesta de carbohidratos refinados, grasas saturadas y azúcares añadidos, aumentar el consumo de fibra, frutas, verduras y grasas saludables como los frutos secos y el aceite de oliva.

Ejercicio: La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina. Se recomienda realizar ejercicio moderado como incluir caminatas rápidas, nadar o andar en bicicleta.

Pérdida de grasa: La reducción de peso, especialmente la grasa abdominal, puede mejorar significativamente la resistencia a la insulina.

Medicamentos: Los médicos pueden recetar medicamentos como la metformina.

La resistencia a la insulina es una condición que puede ser prevenible y controlable con cambios, la detección temprana y la intervención adecuada son fundamentales para prevenir sus consecuencias a largo plazo.

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